TESTIMONIOS POSTALES DE LAS ULTIMAS GUERRAS DE ULTRAMAR

Cuba y Puerto Rico en América y las Filipinas y los archipiélagos de las Marianas y Carolinas en el Pacífico eran a finales del siglo XIX los últimos restos en Ultramar de lo que antaño fuera inmenso imperio colonial español. Las insurrecciones de carácter independentista, sin embargo, obligaban a España a mantener fuerzas militares importantes en tales territorios y  a librar auténticas guerras como las de “los Diez Años” en Cuba o las campañas de Joló o Mindanao en Filipinas. Un nuevo levantamiento en Cuba, iniciado en 1895, la insurrección tagala en 1896 y la guerra con los Estados Unidos en 1898, culminaron con la definitiva derrota española y la pérdida total de las colonias ultramarinas… Postalmente recogemos en este estudio testimonios y documentos relacionados con la correspondencia y el correo tanto de la “Guerra de los Diez Años” como de los conflictos en las Filipinas y la posterior intervención norteamericana; franquicias postales militares; viñetas patrióticas españolas, así como los efectos emitidos por los insurgentes y los puestos en circulación por las  fuerzas de ocupación de los Estados Unidos. Por último, cerramos este estudio con referencia a los archipiélagos del Pacífico (en los que sólo la isla de Guam llegaría a ser ocupada durante la guerra) y de los que España se desprendería vendiéndolos a Alemania del Kaiser pocos meses después de la derrota.

LOS IMPUESTOS DE GUERRA

El Impuesto de Guerra como recargo de las tarifas postales se estableció por primera vez en España para financiar la contienda contra el Carlismo en 1874, durante la primera República, y fue mantenido por la monarquía restaurada de Alfonso XII hasta varios años después de finalizado el conflicto. En el siglo XIX volvió a ser utilizado este sistema de impuesto con motivo de la campaña de Cuba y posteriormente la guerra hispano-yankee. La Segunda República, en los años de le Guerra civil de 1936 a 1939, lo restableció nuevamente, aunque no a efectos postales. A lo largo de esta última contienda  se crearon en una y otra zona multitud de recargos a la correspondencia, muchos de ellos obligatorios pero, aunque tales recargos estaban destinados a allegar ayudas a fondos para los combatientes, no pueden ser considerados específicamente como sellos de Impuestos y los analizaremos en el correspondiente apartados del capítulo dedicado a esta Guerra Civil.

ESTUDIO POSTAL SOBRE LA GUERRA CARLISTA DE 1872- 76

 Tras el Convenio de Vergara y la derrota de las fuerzas de Cabrera en el Maestrazgo y Aragón, en 1840 concluyó la primera de las contiendas carlistas. Sin embargo, los partidarios de Don Carlos o de sus sucesores continuaron protagonizando durante decenios sublevaciones y guerrillas hasta que en 1872 una nueva insurrección carlista se transformó en guerra civil que duraría cuatro años. Durante esta guerra, los carlistas conocerían victorias y derrotas, éxitos y fracasos, momentos efímeros de gloria y, por último, el derrumbe del Estado que llegaron a establecer en las provincias del norte. Objeto de este trabajo es estudiar postalmente este período: tanto las emisiones del estado carlista de 1872 a 1876, como sus marcas y  matasellos; las características de la correspondencia de los ejércitos gubernamentales, desde las operaciones contra el carlismo entre ambas guerras, hasta el reflejo postal de las fuerzas en  campaña, incluidos partes de guerra transmitidos por medio del telégrafo, circulares, oficios, comunicados etc. Por no citar marcas especiales como la utilizada en el sitio de Bilbao. Recogemos también algunas muestras postales del exilio carlista que siguió a la derrota, como cartas del Pretendiente, marcas y viñetas.

TESTIMONIOS POSTALES DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

La invasión francesa de 1808, el levantamiento popular y la guerra que le sucedió, representan la mayor convulsión social ocurrida en España desde la Edad Media. Convulsión que claramente afecta también a la correspondencia en un país profundamente dividido y con varios ejércitos en contienda. Presentamos en las hojas siguientes algunos ejemplos de ello, con cartas circuladas tanto por el ejército español, los voluntarios y las milicias, como por las tropas extranjeras en España, o la referencia a los acontecimientos bélicos en cartas militares, particulares u oficiales, decretos referentes a los correos, medidas sobre la correspondencia etc. Incluso en los territorios americanos de la Corona española se sintió profundamente la convulsión que representaba esta contienda a la que fatalmente sucederían las guerras de la independencia americana… Y marcas postales como las que incluimos aquí con el “Viva F.VII” son un claro preludio del grito “Viva Fernando VII y mueran los gachupines” con el que comenzarían los levantamientos antiespañoles.    

                      
    GUERRAS Y EJERCITOS EN LA CORRESPONDENCIA DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII

Hasta que a principios del siglo XVIII, en plena Guerra de la Sucesión, Felipe V reincorpora el Servicio de Correos a la Corona, éste venía funcionando en España sólo de forma esporádica, ligada su explotación únicamente a determinadas familias y restringido, en la práctica, a poco más que al Real Servicio. Pero con el advenimiento de los Borbones se reglamentan poco a poco los correos, dotándolos de eficacia y rapidez: En 1716 se establecía por primera vez franquicia para la correspondencia; en 1727 se crea el servicio de “sillas de posta”; en 1742 se organiza el periódico envío de las cartas desde la Corte a través de las principales rutas del Reino; en 1763 se establece la “valija especial para certificados” etc. Pero junto a ese sistema cada vez más eficaz, cada jurisdicción continua manteniendo prácticas heredadas de los siglos anteriores, como un sistema de “propios” encargados de transportar la correspondencia, o siguen utilizándose los “verederos” que llevan noticia, pliegos y cartas desde las principales ciudades a las de menos importancia... Por otra parte, la administración reformista de los Borbones pone en marcha también como un cuerpo aparte el de los Correos Marítimos, encargado de mantener el envío de la correspondencia con las extensas posesiones españolas en Ultramar. A lo largo de este estudio nos proponemos analizar no sólo las relaciones entre los Reales Ejércitos y el Correo, sino también la correspondencia que, de alguna manera, este relacionada con los acontecimientos bélicos o simplemente militares durante los siglos XVII y XVIII. En las siguientes hojas veremos como el Ejército utilizó todos estos servicios y como la Reglamentación Real regulaba las relaciones entre militares, el Correo y los sujetos pertenecientes a este cuerpo.

DE LA PREFILATELIA A LOS PRIMEROS SELLOS ADHESIVOS
Ejército  y revolución en  el reinado de Isabel II

Cuando falleció Fernando VII Isabel acababa de cumplir tres años, por lo que asumiría la regencia su madre María Cristina, a la que sucedió, tras la primera de las contiendas carlistas, el general Espartero hasta que en 1843 se adelantó la mayoría de edad para que Isabel II pudiera acceder al trono. A lo largo de su reinado fueron frecuentes los golpes militares, algunos con éxito, tuvo lugar una endémica guerrilla carlista, se realizaron varias expediciones militares en el exterior y, finalmente, un levantamiento de parte del Ejército destronó a la soberana, para dar lugar a una etapa de vertiginosa inestabilidad política en la que al gobierno provisional sucedió una nueva monarquía, que daría paso una república que terminó desgajándose en guerras cantonales y a la que puso fin el general Pavía con un nuevo golpe militar… Postalmente destaca en este periodo la adopción del sello adhesivo en 1850 y la creación de efectos especiales para la correspondencia oficial (1854). Por otra parte, se hacen mas frecuentes las marcas militares y aparecen franquicias y cuños específicos para los ejércitos expedicionarios, cerrándose el reinado con la sobrecarga de los sellos de Isabel II por los militares revolucionarios con la frase “Habilitado por la Nación”. De la etapa posterior presentamos también testimonio de algunos de los principales acontecimientos recogidos por medio del telégrafo eléctrico, que entonces se inaugura y que vendría a suponer un complemento decisivo a las comunicaciones postales.

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EL EJERCITO DE LA RESTAURACIÓN Y LA CORRESPONDENCIA

Tras el convulso periodo abierto en España con el destronamiento de la reina Isabel II en la revolución llamada “La Gloriosa”, el golpe de Pavía primero y, posteriormente el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto, precipitaron el retorno a España de la dinastía Borbón, si bien la antigua monarca no fue restituida en su trono, al que accedió su hijo que reinaría como Alfonso XII. Fue un corto reinado en el que se acabó tanto con la Guerra Carlista como con la primera de las contiendas de Cuba. Pero, fallecido el rey a causa de una tisis, su viuda, María Cristina de Borbón asumiría la regencia en nombre de su hijo (aún no nacido), que accedería al trono, ya en el siglo XX con el nombre de Alfonso XIII. Si la regencia quedó marcada por la guerra de Cuba y la pérdida de esta y demás colonias, tras el enfrentamiento con los Estados Unidos, el reinado de Alfonso XIII supuso la expansión española en Marruecos, en donde se riñeron sucesivas campañas. De todos los aspectos bélicos damos cumplida cuenta en capítulos específicos de este Estudios Postal. Cumple aquí, y sólo como mera muestra, traer los testimonios de las relaciones entre el Ejército y los Correos, tanto en los periodos en que no se estaba combatiendo, como en sus aspectos administrativos.

 

 

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DE FRANCO AL REY

Estudiamos en esta colección cincuenta años de historia de España, centrados en el régimen del general Franco y en su evolución hasta la monarquía constitucional de rey Juan Carlos en sus aspectos militares. No es tarea fácil abarcar desde el punto de vista postal tan dilatado periodo de tiempo. Intentamos, sin embargo,  tratar el mayor número de aspectos posibles: La propia posguerra, tanto en lo que se refiere directamente al Ejército, como a la represión que siguió a la guerra civil; también repasaremos el lógico reflejo postal de la Segunda Guerra Mundial en nuestro país. Nos proponemos estudiar además las marcas de franquicia y de las distintas esferas militares, los cuños, los rodillos y los matasellos conmemorativos relacionados con los ejércitos. También las emisiones postales con el mismo fin, y de manera particular las realizadas tanto en el interior como fuera de España en los distintos aniversarios de la guerra civil. Presentamos también breve mención de los conflictos armados en los territorios de Ifni y el Sahara Occidental. Por último, trataremos de las alianzas militares de España en ese periodo a través de la correspondencia relacionada con las mismas, así como de las misiones en el exterior en las que participaron los ejércitos españoles.

FRANQUICIAS POSTALES MILITARES DE LA GUERRA DE MELILLA, 1893-94

Entre finales de 1893 y principios de 1894 España se vio envuelta en la zona de Melilla en una guerra de proporciones mínimas, como consecuencia de la construcción de un fuerte en las inmediaciones de la mezquita de Sidi Aguariach. La oposición de los moros locales se transformó en esporádicos ataques armados hasta que la llegada de importantes contingentes de tropas españolas a Melilla obligó a los marroquíes a aceptar unos acuerdos favorables a las pretensiones españolas. Como había ocurrido en anteriores contiendas, se concedió franquicia postal a las fuerzas expedicionarias en Melilla, bastando para ello la estampación en los sobres del cuño de la unidad del remitente. Sin embargo, para limitar los envíos de la correspondencia a la Península, las autoridades militares accedieron a entregar a cada soldado un número determinado de sellos con la indicación de la franquicia. Tales sellos fueron auspiciados y posteriormente donados por el industrial de Alcoy don Miguel Rodríguez Sánchez quien confeccionó nada menos que 53 efectos distintos, unos de carácter general y otros para los distintos cuerpos y unidades, así como para cada uno de los buques de la escuadra de operaciones y los fuertes del perímetro defensivo de la plaza. El origen militar de estos sellos, su innecesario uso, según la legislación vigente, y la especulación filatélica evidente en su promoción ha hecho que algunos estudiosos rechacen su valor postal y los consideren meras viñetas, aunque fue evidente su empleo y circulación.

ESTUDIOS POSTALES SOBRE LA GUERRA CIVIL 1936-39

Pocos temas, si hay alguno, han protagonizado en la Filatelia y en la Historia Postal un mayor número de investigaciones que la Guerra Civil Española y su coleccionismo, tanto en la propia España como en el extranjero, abarca los más dispares campos, gracias a la ingente cantidad de material con que se cuenta. Ello es debido al abuso que indudablemente se hizo en ambos bandos de la facilidad para llevar a cabo emisiones incontroladas, bajo la capa de benéficas, o las simplemente especulativas, a las que añadir sobrecargas y habilitaciones o los miles de marcas de censura que se usaron en la contienda, las propias franquicias para los combatientes o las milicias, por no hablar de las extravagancias confeccionadas por los que sólo buscaban provecho personal… En cualquier caso, no se pretende aquí otra cosa que presentar una muestra de las múltiples colecciones que sobre esta cuestión pueden realizarse. Muestra que es sólo una visión general de estos temas, muy lejos de competir con tanta magnífica colección o tanto riguroso estudio especializado con que se cuenta sobre la contienda desde el punto de vista postal.

 

 

CORRESPONDENCIA Y EJERCITO EN EL REINADO DE ALFONSO XIII

Hijo póstumo, Alfonso XIII sería rey de España desde el mismo momento de su nacimiento, aunque hasta 1902 en que fue declarado mayor de edad no comenzó su reinado efectivo, que terminó en 1931 cuando renunció  al trono tras las victoria de los partidos republicanos en unas elecciones municipales. El conflicto bélico que marcó su reinado fue el de Marruecos, en donde el Ejército español tuvo que sostener sucesivas campañas. Por otra parte, la Guerra Mundial de 1914 a 1918, aunque nuestro país fue neutral, no dejó de tener entre nosotros sus repercusiones, incluso en la correspondencia, naturalmente. Desde el punto de vista postal, destacan en esa época la creación de la marca unificada de franquicia; las marcas utilizadas por los nuevos cuerpos militares, fruto tanto de los adelantos técnicos como de las características de la guerra en Africa; las carterías de campaña; la aparición del Correo aéreo; los enteros postales para el Ejército etc, como veremos a lo largo de este estudio.

CORRESPONDENCIA MILITAR EN EL REINADO DE FERNANDO VII

Fernando VII, “el Deseado”, en nombre del cual el pueblo español se enfrenta a las fuerzas napoleónicas en una terrible guerra que dura casi seis años, una vez restaurado en el trono pretende ignorar el paréntesis que supuso la Guerra de la Independencia, derogando la Constitución de las Cortes de Cádiz y restableciendo la monarquía absoluta, lo que da lugar al levantamiento de parte del Ejército, protagonizado por Rafael Riego. Con ello se inaugura un trienio constitucionalista (“Marchemos todos y yo el primero por la senda constitucional”, proclamaría el propio monarca). Tres años después un ejército francés, “Los Cien Mil Hijos de San Luis”, entra en España y restablece el poder absoluto del Rey en un periodo que la historia conocerá como “la Ominosa Década”. Postalmente recogemos aquí, por una parte las marcas militares, que en esta época serán ya abundantes, por otra incluimos muestras de la correspondencia en el Trienio Constitucional y finalmente de la intervención francesa y la posterior represión. Capítulo aparte merecen, sin embargo, las relaciones entre el Ejército y el servicio de Correos a lo largo de todas las fases de este reinado y a las cuales dedicaremos una parte de este trabajo. Finalmente, cerrara el estudio la documentación sobre la primera carta bomba de la historia de España, que afecto gravemente a Nazario Eguía, entonces Capitán general de Galicia. Y veremos las consecuencias postales de este acontecimiento

 LA CAMPAÑA DE TRAFALGAR A TRAVES DE LOS EPISTOLARIOS

El 21 de octubre de 1805 España pierde para siempre, en aguas de Trafalgar, su poder naval, al ser derrotada la escuadra combinada franco-española por los navíos de Nelson. Desastre que anticipa el fin de su imperio ultramarino, mantenido a lo largo de  trescientos años. En las siguientes hojas recogemos numerosos detalles de esta campaña naval, proporcionados por las cartas que desde Cádiz algunos ciudadanos dirigen a sus familiares, amigos. A través de estos epistolarios sabemos del embarque de Gravina, los aprestos de la flota, el paso de Nelson con sus buques por el estrecho …Y, finalmente, de la derrota de españoles y franceses o la muerte del almirante británico.

 

CORRESPONDENCIA RELACIONADA CON LA PRIMERA GUERRA CARLISTA

La guerra carlista de 1833 a 1840 representa la primera de las guerras civiles que se sucederán en España a lo largo de un siglo y supone la consecuencia de las tensiones militares y sociales desatadas durante el reinado de Fernando VII. La contienda, aunque tuvo frentes mas o menos definidos en las provincias vascas, Aragón y Cataluña, se extendió realmente por todo el país, por la acción de las guerrillas carlista o por las expediciones que los generales del Pretendiente realizaban por extensas regiones de la Península. Por ello, las interrupciones del Correo eran frecuentes (como en los ejemplos que recogemos en estas hojas) o los Edictos y Bandos para impedir que los servicios postales sirvieran para la difusión de la propaganda carlista. Junto a estos ejemplos, incluimos aquí varias cartas de correspondencia militar o circuladas con franquicias del Ejército o por los propios soldados “a la mano”. Finalmente figura una selección de cartas de la correspondencia “secreta” con la corte carlista cuando esta se encontraba en el exilio en Portugal. Las cartas incluidas en las siguientes hojas, proceden del archivo de Don Joaquín Abarca, obispo de León y entonces Ministro Universal y de Guerra de Don Carlos